Estamos a un mes de presenciar la tan esperada versión cinematográfica de Dune llevada a cabo por Denis Villeneuve, pero en lo que esta cinta llega repasaremos las demás adaptaciones que han existido en el cine sobre esta novela escrita por Frank Herbert. Para arrancar, empezaremos por la que se cataloga como la mejor película de Dune por Alejandro Jodorowsky que nunca pudo llevarse a cabo.
La historia de Dune es fantástica y muy extensa, se sitúa a miles de años en el futuro donde la galaxia está dominada por familias reales, las cuales tienen los recursos y el poder armamentístico para mantener sitiada a una población entera. Planetas lejanos, campos desérticos, grandes estructuras de ensueño, monstruos cósmicos y enormes guerras es lo que podemos hallar en esta franquicia de libros.
Y aunque en las hojas de papel funciona perfectamente, no podemos decir lo mismo en la pantalla grande. Sin embargo, a pesar de su popularidad, muy pocos directores se han atrevido a meter las manos al fuego para crear una versión de aplaudirse de estas novelas. Ya lo había intentado David Lynch y falló en el proceso, ¿qué nos quedaba entonces? De entre las sombras, era el director que menos se esperaba que se involucrara en la idea, pero termino siendo el más prometedor: Alejandro Jodorowsky.
El director chileno venia de una gran racha de películas, siendo El Topo de 1970 y La Montaña Sagrada de 1973 cintas de maravilla que se ganaron el título de «películas que ver a media noche«, pues eran recomendadas de visualizarse con una buena ingesta de LSD. Con este éxito, el productor francés Michel Seydoux contactó a Jodorowsky para financiarle cualquier película que quisiera hacer, Alejandro lo pensó por un tiempo, y decidió que esta sería Dune.
Así, Jodorowsky comenzó la misión de encontrar a sus «guerreros espirituales«, los cuales le ayudarían a desarrollar esta película. Incluso, Seydoux le alquiló un castillo al director para que desde ahí, en la comodidad, pudiera crear el guion de Dune. Una vez con la historia en tinta, Alejandro reclutó a Jean ‘Moebius‘ Giraud, uno de los artistas cómicos más aclamados de Francia, y fue en este país en donde continuó su búsqueda, empleando a Dan O‘Bannon y al mismo H.R. Giger.
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Hasta este momento Alejandro tenia a puro titán trabajando en su obra, y para hacer estallar las cosas fue capaz de convencer a Pink Floyd para que crearan el soundtrack de toda la cinta. Así, comenzó la búsqueda de actores, escogiendo a su hijo Brontis para estar en el papel de Paul Atreides. Luego, buscó a Mick Jagger, David Carradine, Udo Kier, Orson Welles y por último al mismo Salvador Dalí para interpretar al emperador de la galaxia.
Dune se estaba volviendo muy sofisticada, pero también demasiado costosa. A fines de 1975, Alejandro Jodorowsky y Seydoux viajaron a Los Ángeles para obtener los 5 millones de dólares restantes para comenzar a grabar la cinta. Sin embargo, los directivos querían que Dune tuviera una duración de 2 horas, lo que chocó con la idea de Alejandro, quien buscaba que su creación durara más de 10 horas. Algo imposible para los productores, por lo que cancelaron el proyecto y con ello, la que hubiera sido al mejor película de Dune y no solo eso, una cinta que estaba siendo creada para revolucionar al mundo.
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